La creciente demanda de racionalización del consumo de agua y los problemas asociados a la sobre explotación de los recursos naturales no renovables han llevado a considerar, en estos últimos años, la posibilidad (y en algunos casos la necesidad) de reciclar el agua descargada por las industrias.
La recuperación de las descargas es importante tanto desde el punto de vista ambiental como económico/financiero ya que en muchos sectores los costos derivados del uso del agua llegan a representar el 80% de los costos totales de producción en el teñido. El proceso de recuperación de las aguas residuales permite reutilizar grandes cantidades de agua con bajo costo operativo y con equipos de fácil gestión.
Luego de analizar el consumo de agua de la industria textil, tanto en las tintorerías de hilados como de tela, notamos que el mayor consumo de agua se produce durante la operación de enjuague, en el lavado de los baños de tintura, y en los baños de acabado. Una parte de esta agua es reutilizada posteriormente en los lavados de la cocina de colores, de los pisos, de humos de las calderas, etc. En el caso de las tintorerías con estampado, el mayor consumo de agua se produce en el proceso de lavado de los marcos y rodillos de impresión. Es importante observar que la calidad de agua para los procesos citados anteriormente puede ser ligeramente inferior a aquella utilizada en los baños de tintura. Esto nos da la posibilidad de recuperar una gran cantidad de agua a bajo costo y con maquinaria sencilla.
En los procesos de estampado, teñido y acabado de lana, seda , Poliéster , Nylon y acrílico no se utilizan ni cloruros, ni sulfatos, y por lo tanto, la presencia de tales sales en el agua recuperada es casi nula. En este caso se considera la eventual salinidad debida al suavizado inicial del agua producida por filtros ablandadores que utilizan cloruro de sodio para su regeneración. Cuanto mayor es la dureza del agua, tanto mayor será el consumo para regenerar el filtro. Como consecuencia, el agua reciclada, que por su naturaleza tiene una dureza relativamente baja, resulta en un menor consumo de cloruro de sodio y por lo tanto en ahorro.
En el teñido del algodón, la salinidad producida por el proceso de suavizado se suma a aquella adicional en el proceso (que utiliza colorantes reactivos o directos en presencia de un fuerte electrolito, cloruro o sulfato) creando una salinidad relativamente alta. En este caso, si se recuperara el 100% del agua, la salinidad no se reduciría en el tratamiento biológico y se obtendría un agua con un contenido de sal demasiado alto para permitir su re-utilización. En realidad no se recupera toda el agua, sino que una parte se descarga produciendo un equilibrio en el contenido de sal. Para conseguir este equilibrio, el caudal de recuperación se determina en función de la calidad del agua bruta y del tipo de proceso a desarrollar.
La recuperación de las descargas es importante tanto desde el punto de vista ambiental como económico/financiero ya que en muchos sectores los costos derivados del uso del agua llegan a representar el 80% de los costos totales de producción en el teñido. El proceso de recuperación de las aguas residuales permite reutilizar grandes cantidades de agua con bajo costo operativo y con equipos de fácil gestión.
Luego de analizar el consumo de agua de la industria textil, tanto en las tintorerías de hilados como de tela, notamos que el mayor consumo de agua se produce durante la operación de enjuague, en el lavado de los baños de tintura, y en los baños de acabado. Una parte de esta agua es reutilizada posteriormente en los lavados de la cocina de colores, de los pisos, de humos de las calderas, etc. En el caso de las tintorerías con estampado, el mayor consumo de agua se produce en el proceso de lavado de los marcos y rodillos de impresión. Es importante observar que la calidad de agua para los procesos citados anteriormente puede ser ligeramente inferior a aquella utilizada en los baños de tintura. Esto nos da la posibilidad de recuperar una gran cantidad de agua a bajo costo y con maquinaria sencilla.
En los procesos de estampado, teñido y acabado de lana, seda , Poliéster , Nylon y acrílico no se utilizan ni cloruros, ni sulfatos, y por lo tanto, la presencia de tales sales en el agua recuperada es casi nula. En este caso se considera la eventual salinidad debida al suavizado inicial del agua producida por filtros ablandadores que utilizan cloruro de sodio para su regeneración. Cuanto mayor es la dureza del agua, tanto mayor será el consumo para regenerar el filtro. Como consecuencia, el agua reciclada, que por su naturaleza tiene una dureza relativamente baja, resulta en un menor consumo de cloruro de sodio y por lo tanto en ahorro.
En el teñido del algodón, la salinidad producida por el proceso de suavizado se suma a aquella adicional en el proceso (que utiliza colorantes reactivos o directos en presencia de un fuerte electrolito, cloruro o sulfato) creando una salinidad relativamente alta. En este caso, si se recuperara el 100% del agua, la salinidad no se reduciría en el tratamiento biológico y se obtendría un agua con un contenido de sal demasiado alto para permitir su re-utilización. En realidad no se recupera toda el agua, sino que una parte se descarga produciendo un equilibrio en el contenido de sal. Para conseguir este equilibrio, el caudal de recuperación se determina en función de la calidad del agua bruta y del tipo de proceso a desarrollar.